Ha pasado ya un tiempo suficiente
como para olvidar a alguien, pero parece que el tiempo en mí se ha detenido,
los sentimientos no han desaparecido y aún duele como si la herida fuera
reciente, es probable que el dolor siga vigente porque la esperanza en mí no
había muerto, ya se había hecho un espacio en mi interior, había acampado en el
bosque ya olvidado del amor, ahora la esperanza me abandona porque mi amor, mi
único amor, ha decidido dejarme en el pasado. En su lugar, muy apresurados se
ubicaron la tristeza, la decepción y el dolor que me han invadido y empujan a
mi corazón herido para que haga un acuerdo con mi memoria, aseguran que será un
acuerdo favorable que promete resultados a largo plazo y tan sólo a cambio de
una temporada de llanto y sufrimiento, la nueva terapia de recuperación con
gran éxito en la actualidad insisten.
Mi memoria y mi corazón frágiles
e inocentes, se dejan llevar por estos oscuros sentimientos y aceptan el
“acuerdo favorable” sin darse cuenta que sólo uno saldrá en pie después de esta
temporada, mi memoria demostrando su eficiencia comienza con su labor y me trae
recuerdos de cada uno de los momentos que viví con mi amor, mi único amor, por
un segundo la alegría se asoma a mi vida e intenta sin éxito alguno apoderarse
de mi ser, pero no es más que un intento vacío porque la felicidad es efímera y
fugaz que aparece tan sólo porque mi memoria sigue jugando conmigo. Mi corazón
herido ya no sabe cómo reaccionar, sigue en cuidados intensivos esperando su
recuperación, los encargados de llevar a cabo esto parecen estar disfrutando
del espectáculo porque están logrando que mi corazón se debilite cada vez más
con su dichoso tratamiento, pobre de mi corazón y mi memoria se han dejado
engañar y se lastiman cada vez más en lugar de mejorar.